domingo, 10 de noviembre de 2013

Dulces Sueños Ganador XV Concurso literario Fundación Pablo Neruda San Fernando

El sonido de la lluvia torrentosa, acompañado de relámpagos estruendosos, y el fuerte sonido del viento que azotaba cada vez más fuerte la ventana de la habitación de la casa de Melissa, hacían presagiar que esta no sería una noche cualquiera. Melissa era una joven de raíces francesas, que cursaba su último año escolar, manejaba a la perfección, tanto el español, como el llamado idioma del amor. Su delicadeza, hermosura, y dominio de las artes, tanto danza, como pintura, causaba la admiración del estudiantado en general, lo que al paso de los años se fue transformando en altanería y arrogancia por parte de la joven. Como todas las noches rezó por sus familiares y seres queridos, luego abrió su diario de vida para escribir lo que había ocurrido aquella tarde en la escuela, últimamente lo hacía casi por inercia, puesto que ya no causaba la misma emoción que cuando se había decidido a escribirlo al comenzar su enseñanza media hacia tres años atrás, tanto su diario como su vida se estaban volviendo monótonos, sus profesores la felicitarían a final de año por su excelente conducta, y sus buenas calificaciones, los chicos más populares de la escuela la invitarían al baile de final de año, y su padre le regalaría ese tan merecido regalo que satisfacería sus caprichos de adolescente mimada. Comenzó a escribir, pero al terminar el primer párrafo, el sueño la venció, y quedo tumbada sobre su diario, como por arte de magia cayó en un sueño profundo, sintió que caminaba por un campo de hermosas flores de un rojo carmesí, los pétalos de la flor daban dirección al fondo del lugar, desde donde se podía vislumbrar una casa de aspecto antiguo, hecha de adobe, enrejados se encontraban, animales propios de un lugar de estilo campestre como aquel, gallinas, vacas, ovejas. Quiso entrar pero un candando, aparentemente oxidado por el tiempo, detuvo la acción de la joven, La curiosidad venció a Melissa, e intento entrar por un pasadizo entre la casa y el corral, en el patio trasero, forcejeó un instante y botó la puerta, que al caer hizo una polvoreada, e hizo toser a la joven. Intentó averiguar por el pasillo principal, sin embargo, solo encontró más polvo. Una luz fulgurante al final del lugar llamaba su atención, su corazón se sobresaltó, al ver una llamativa silueta que se recostaba sobre una cama, al acercarse, se dio cuenta que era un joven, el ser mas hermoso que jamás había visto. Melissa nunca antes se había enamorado, ni pensó en llegar a hacerlo, su popularidad le enorgullecía. Trató de reaccionar, pensó en amor a primera vista, pero eso es cosa de Romeos y Julietas, pensó. Al momento de voltearse sintió unos labios. Melissa había besado, pero esta vez era diferente, la chica solo se dejó llevar y terminó amando a aquél dulce joven, que parecía haber salido de un cuento de hadas. Despertó sobresaltada, la chica había dormido aproximadamente una hora, pero su cuerpo estaba sudado completamente. ¿Había sido posible amar a alguien a través de un sueño? Tenía una confusión de sentimientos, por una parte sólo era un sueño, pero la sensación había sido tan real, se sentía culpable, pero luego recapacitaba. ¿Culpable de que? Se sintió enamorada, pensaba en aquel ser ¿Quién era realmente? ¿Acaso era sólo una invención de su adolescente imaginación? Muchas preguntas circulaban por su cabeza ¿Por qué nunca antes se había enamorado? ¿Por qué se enamoró de un sueño? Quiso hablar con alguien, pero ¿Que podía hablar? Se sintió presionada, quiso gritar, ya habían pasado dos horas de aquel incidente, eran las 2 : 30 de la madrugada. Abrió el cajón que se encontraba al lado de su cama, a escasos centímetros del diario, tomó, las pastillas recetadas por el médico, para dormir, una a una las ingirió por su boca, como si estas fuesen pastillas de menta. Rió a carcajadas y se dijo: ¡Ahora podré estar contigo hasta la eternidad! Lentamente, sus parpados empezaron a pesarle, haciéndola caer en un sueño profundo. Sintió arrepentimiento pero ya era demasiado tarde. Se desmayó mirando el espejo, lo último que pudo ver fue la cara de aquél joven que le había robado su inocencia en un sueño.

viernes, 8 de noviembre de 2013

PRONTO...
El Autor: Henry Ravello nace el 19 de septiembre, en plenas Fiestas Patrias. Ha participado en muchos concursos a nivel nacional resultando condecorado en gran parte de éstos. El 2012 recibe una beca para irse a estudiar Letras a Mendoza, Argentina en la UNCUYO (Universidad Nacional de Cuyo) haciéndose partícipe de múltiples círculos literarios, radios y eventos relacionados con la cultura. Actualmente se encuentra terminando sus estudios de Pedagogía en Castellano en la UPLA, ubicada en Valparaíso, esperando titularse para emprender nuevos rumbos. Su libro “Cuentos con la luz apagada” saldrá a la venta a fines del 2013 por la editorial Puerto de escape.